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Las decisiones de política pública no son neutrales al género, tienen efectos diferenciados en mujeres y en hombres y, en muchos casos crean, mantienen o incrementan las brechas de desigualdad.

En estos días de contingencia sanitaria la asignación tradicional del cuidado de personas enfermas, niñas y niños, así como de personas adultas mayores a las mujeres puede significar un incremento de la jornada laboral en ellas y no necesariamente el involucramiento de los hombres en estas actividades y en la realización de los trabajos domésticos.

En el contexto de la decisión del Consejo de Salubridad General el día 30 de marzo, en el sentido de suspender de manera inmediata de las actividades no esenciales en los sectores público, privado y social y establecer el resguardo domiciliario corresponsable del 30 de marzo al 30 de abril, la idea de que “en las familias tenemos muchas enfermeras que cuidarán de las personas enfermas” refuerza estereotipos de género y no contribuye a promover la corresponsabilidad de mujeres y hombres en esta actividad.

La construcción de una sociedad más igualitaria implica que los líderes políticos y la sociedad comprendan las implicaciones de las decisiones públicas y contribuyan a erradicar causas estructurales de las brechas de desigualdad, de la discriminación hacia las mujeres y de la violencia de género hacia ellas como son los estereotipos de género.

En esta secuencia de ideas, les compartimos la reflexión de nuestra colaboradora invitada 

¿Por qué es importante hablar de la perspectiva de género en estos tiempos?

Ana Valeria Torres Sandoval

Estamos en el año 2020. Parecería que hay temas que, con la evolución social, hemos dejado atrás: el hambre, las guerras, la tortura, la enfermedad. No obstante, conforme la historia universal avanza, se nos ha mostrado una y otra vez que los mismos problemas nos aquejan a través de los tiempos, lo cual nos exige, como sociedad,

cambiar los discursos y prestar atención a aquéllos fantasmas que todavía nos persiguen.

Uno de esos fantasmas es el de la desigualdad. No sólo existe desigualdad económica, sino que el racismo y el sexismo aún causan problemas en estos días. Parece mentira: la desigualdad de género es hoy en día uno de los problemas más graves alrededor del mundo. En el mundo islámico, las mujeres necesitan un varón que pueda fungir como tutor para todos sus asuntos legales y decisiones importantes (1), mientras que en África se siguen haciendo esfuerzos para terminar con la práctica de la mutilación genital femenina en cerca de 30 países (2).

“Pero esos son otros países; en México las cosas no son así”, se podrá replicar. En efecto; los esfuerzos para la paridad de género en nuestro país han rendido frutos: las mujeres podemos votar y tener una participación política, así como desempeñarnos en el ámbito laboral, deportivo y público.

​No obstante, el problema no se reduce únicamente a los avances más evidentes. Hay un dicho popular alemán: “el diablo se esconde en los detalles” (3). Las mujeres en México podemos desempeñarnos en el ámbito laboral, pero sólo el 43% de  dicho  ámbito es femenino. Además, la presencia femenina en los puestos de alta dirección es    aún   menor,  creando   una brecha salarial.

Hay otra brecha donde las mujeres salen a la cabeza: el total de trabajo no remunerado en el hogar es 28.9 horas superior a la del hombre (4).

Es verdad: las mujeres mexicanas tenemos muchas puertas,  pero   también muchos ​muros. El diablo se esconde en los detalles. El machismo  no  está en prohibirle a las mujeres manejar o en obligarlas a cubrirse el cabello; está en burlarse si hablan de deportes, intimidarlas con  la  mirada,  indagar  en  su ​conducta   sexual   y  no  verlas como figuras de autoridad. Está en el “¿por qué le haces caso a tu vieja?” y “Pregúntale a tu papá”.

El discurso de la perspectiva de género no debe ser segregante; debemos utilizarlo como una base para construir una sociedad donde hombres y mujeres podamos desempeñarnos de forma equitativa, y donde podamos vernos como iguales. Es importante hablar de la perspectiva de género porque sólo así podemos visibilizar esos detalles que creemos que no existen sólo porque ya hemos ganado otras luchas, y entonces sí: poder construir todas y todos juntos un nuevo discurso y una nueva realidad.

Carla Bleiker, Women’s rights in the Islamic world, Deutsche Welle, recurso electrónico recuperado en: https://p.dw.com/p/2kpgJ, consultado el 24/03/20.

Haruna Kashiwase, Female Genital Mutilation is still practiced around the world, The World Bank, recurso electrónico recuperado en: http://datatopics.worldbank.org/world-development-indicators/stories/fgm-still-practiced-around-the-world.html, consultado el 24/03/20.

Der Teufel steckt im Detail.

Jonathan Rubio, La desigualdad tiene género, La cuestión social en México, recurso electrónico recuperado en: http://mexicosocial.org/la-desigualdad-tiene-genero/,  consultado el 24/03/20.

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